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ZK - OCTUBRE 2009

REFLEXIÓN:
La filosofía del héroe
 



Asturar/

Si yo fuera un héroe, ¿estaría obligado moralmente a utilizar mis poderes en beneficio de la humanidad?
Muchas veces vemos en las series y en las películas de superhéroes cómo se hace siempre referencia a un supuesto código moral y de valores relativo al actuar humano. Se presupone un supuesto código de conducta ideal, pero… ¿porqué?
Yo creo que tener superpoderes se puede expresar como el hecho de tener un don. Una persona con una inteligencia superior también tiene un don, un atleta, un escritor, etc. Esas personas usan sus “poderes” en beneficio propio, los atletas ganan dinero, los escritores venden sus libros, los inteligentes publican descubrimientos… ¿porqué entonces vemos tantas veces que los superhéroes no pueden usar sus poderes en beneficio propio? Yo creo que si tienen un don sería totalmente lícito que lo usen en su beneficio siempre y cuando no hagan daño a nadie.
Bien, el hecho de usarlo o no en beneficio propio sería una de las cuestiones, la siguiente es si estaría moralmente obligado a usarlos en beneficio de los demás. Esta última cuestión puede analizarse desde la perspectiva utilitarista. El utilitarismo fue una teoría filosófica desarrollada por Jeremy Bentham y Stuart Mill posteriormente. Plantea la idea de que cualquier acción debe estar regida por una sencilla regla, “el mayor bien para el mayor número de personas”, con esta teoría podría entenderse que el superhéroe estaría moralmente obligado a usar sus poderes ya que de ese modo se obtiene el mayor bien para el mayor número de personas… ¡pero ojo! Esta ley que parece tan razonable tiene sus puntos flacos. Nos conduce irremediablemente a la idea de que el fin justifica los medios. Así cualquiera podría justificar sus acciones diciendo que hace el mayor bien al mayor número de personas. Un ladrón puede justificar el robo ya que sólo hiere a una persona mientras que con el dinero comen cinco. O con esa filosofía podríamos justificar un asesinato, ya que muere uno para que otros cinco usen sus órganos y vivan. No, esta ley es válida siempre y cuando el fin sea válido… así que planteemos mejor el fin, ¿qué ocurre cuando el superhéroe dedica su vida a ayudar a los demás? Se obtiene el mayor bien para el mayor número de personas, pero a costa de arruinar una vida, la del propio superhéroe. Todos hemos visto a Spiderman sufrir porque no es capaz de compaginar su vida con su obligación, o a Superman o a tantos otros. ¿No es eso un veto claro a este principio moral? Yo creo que si. Por eso el modo de justificarlo sería que el superhéroe no sea un mártir, tiene que sacar algo a cambio, lo que responde a la primera cuestión, de si el héroe debería o no sacar un beneficio personal. Debe obtenerlo para justificar moralmente el hecho de que nos proteja. Así el superhéroe no debería estar oculto sino que debería ganar dinero, fama, cariño, etc. De este modo deja de ser un mártir, un sufrido, para ser una persona a quien le compensa ser un héroe, todos salen ganando la sociedad y el héroe.
La excusa que se da siempre para que el héroe no sea público es que la sociedad no lo aceptaría o que podrían hacer daño a sus seres queridos. Esta es otra cuestión… el superhéroe debería moralmente ser un ser público querido y valorado, pero… ¿podría serlo en la práctica? Las leyes morales parten desde el supuesto de la universalidad, de que todos vamos a cumplirlas, de ese modo el mundo sería el sitio ideal para vivir. Pero son simples utopías mentales, la realidad es que no todo el mundo sigue el camino de la moralidad y la aceptabilidad. Habrá, y eso darlo por sentado, reticencias por ciertos sectores de la sociedad y malos que quieran hacer daño al héroe. ¿Qué opciones le quedan al susodicho? A) ser un superhéroe oculto, para proteger a sus seres queridos y evitar el rechazo social, B) ser un superhéroe no oculto pero sin afectos cercanos a los que se les pueda hacer daño. En “A”, el superhéroe acabaría rechazando sus poderes, frustrado por no tener una vida normal. Pensémoslo, ya nos cuesta a todos ir tirando con lo que tenemos, imaginemos por un momento si además de cargar con nuestra vida tuviéramos la obligación de salvar el mundo por un don que no pedimos. Obviamente acabaríamos por renegar de nuestro don. En “B” ocurre algo parecido, todos necesitamos en mayor o en menor medida contacto social, intimidad, afecto… el héroe acabaría por renegar de sus poderes también, acosado por las necesidades sociales que todos tenemos.
Conclusión, nuestra sociedad no se merece un héroe, y si lo mereciéramos no lo necesitaríamos…
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Triste ¿no?