
Un encuentro de miedo: La foca Leopardo
Paul Nicklen, fotógrafo de la Natinal Geographic, publicó unas fotos de éste impresionante mamífero acuático: La foca leopardo o Leopardo marino. Pero en ésta ocasión, podremos ver y oír su experiencia casi aterradora del encuentro con uno de los más feroces mamíferos de las aguas de las costas antárticas.
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Estas focas son los depredadores por excelencia de los mares del sur, sus depredadores naturales, son las orcas, claro, además del hombre, quién ha hecho grandes matanzas anexándolos en la lista de los animales en peligro de extinción. Estos bellos animales, que se alimentan desde crustáceos, hasta otros mamíferos, aves marinas, incluso de otras variedades de focas, llegan a medir entre 3,5m y 4m de longitud, con un peso que supera la media tonelada, en el caso de las hembras, que son notablemente más grandes que los machos de su especie, quienes en general apenas superan los 3m y los 300kg de peso. Se dice que si bien son carnívoras, no suelen atacar a los humanos, aunque se sabe de algunos ataques aislados, por lo que se recomienda no invadir su territorio. Advertencia que Paul Nicklen, no tomó muy en cuenta y compartió espacio, con una de estas criaturas, de la que declaró, que “era la más grande que había visto en su vida”. Se introdujo en el agua con su equipo para filmarla en su hábitat y cuando el animal reparó en él, vino con su imponente tamaño, mientras abría sus fauces quedando su cámara e incluso su cabeza dentro de la boca del animal…(menudo miedo que habrá pasado!). Pudo contarle todas las piezas dentales… y pudo comprobar que superaba ampliamente la cabeza de un oso Grizzly. Sin embargo, cuando pensaba que estaba siendo el “festín” de la gran criatura, ésta se alejó de él, fue tras unos pingüinos que pasaban por la cercanía y regresó a él con un ejemplar muerto, luego repitió la escena, trayéndole “comida”, algunos pingüinos moribundos, y le hacía demostraciones de cómo se caza y come. En síntesis, le “estaba alimentando”! Proceso que duró, los cuatro días en que Paul, estuvo estudiándola y filmando sus incursiones, ella lo “cuidaba y alimentaba”. A juzgar por las imágenes, la bella señora Foca, vio en el fotógrafo un “pariente” en muy mala condiciones nutricionales” y le “echó una aleta, dándole de comer”.
Creo que al final, a nuestro buen fotógrafo le vino de perlas, obtuvo un material espectacular, vivió para contarlo y puede decir que hizo nuevas amistades en la Antártida… “se ganó el corazón de una dama foca leopardo”.