Para él, lo que hace es un arte y como experto en informática, transporta todo eso a sus vídeo-juegos, los cuales presenta a la empresa en la que trabaja, "oRo", cuya especialidad son los juegos ambientados en época medieval y cuanto más realista sean las escenas de violencia, mejor.
Es precisamente esta connotación medieval que utiliza el psicópata para llevar a cabo sus crímenes, lo que reúne al detective Vito Ciccotelli con la joven y hermosa arqueóloga Sophie Johansen.
Si bien la principio no congenian, al avanzar la investigación los sentimientos se hacen cada vez más intensos y como era de esperarse terminan convirtiéndose en pareja.
La arqueóloga figura en la lista de víctimas desde al comienzo, pero en los planes del asesino está en último lugar; para ella tiene reservada la mejor de las muertes, que será el espectacular final de su vídeo juego "El Inquisidor", el último y más ambicioso proyecto de "oRo".
Al convertirse Sophie en novia del detective, hace que, para el asesino, su final sea más emocionante.
Paralelamente al romance y la violencia, tiene lugar una lucha de poder en la empresa de vídeo juegos y un drama familiar al que está vinculado el asesino.
La novela, que comienza con la descripción de la muerte de una de las víctimas, atrapa desde la primera línea y ya no baja el ritmo. El desenlace en tan bueno como cabe esperar.
Como todos los libros que he leído de esta autora, es de una lectura fácil y siempre incita a seguir leyendo.
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