Lo cierto es que Rosalinda tuvo el curioso don de los grandes personajes de la historia de encontrarse siempre en el lugar apropiado en el momento adecuado. Con un claro y contundente objetivo, convencer a Beigbeder de inclinarse por Inglaterra y a Inglaterra por España.
Luchó con todos sus encantos porque España no se aliase con Alemania. Pero al igual que su contemporánea Isabelle de France, Duchesse de Guise, parecía simpatizar con un franquismo que ella había interiorizado como la necesidad de poner de rodillas al comunismo en España para evitar ese “monopolio capitalista estatal que se denomina a si mismo socialismo”.
La implicación de Rosalinda Fox no era ideológica sino simplemente práctica, para que no se cumpliese el intercambio que Hitler ofrecía a Franco, Gibraltar por el apoyo en la guerra.
Rosalinda Fox y Juan Luis Beigbeder, para María Dueñas, merecían ser recordados por haber abogado por la alianza con Inglaterra, ella por razones estratégicas y Beigbeder tal vez por motivos tácticos, nadando contra una corriente general en el poder que tenía sus ojos fijos en el Führer, sus pensamientos en el nacionalsocialismo y su corazón en la Legión Cóndor.
Pero una esposa extranjera, o una amante como era el caso de Rosalinda Fox, era entonces un talón de Aquiles demasiado fácil de atacar tratándose de un ministro tan vistoso como el de Asuntos Exteriores.
La historia les dio la razón, pero como siempre la misma historia no rehabilita a las personas que la tuvieron en un momento dado.
“Tú no sabes lo que es vivir en guerra, Sira. Tú no te has despertado un día y otro con el ruido de las ametralladoras y el estallido de los morteros. Tú no has comido lentejas con gusanos mes tras mes, no has vivido en invierno sin pan, ni carbón, ni cristales en las ventanas. No has convivido con familias rotas y niños hambrientos. No has visto ojos llenos de odio, de miedo, o de las dos cosas a la vez.
España entera está arrasada, nadie tiene fuerzas para soportar de nuevo la misma pesadilla. Lo único que este país puede hacer es llorar a sus muertos y tirar hacia delante con lo poco que le queda” (Dolores, la madre de Sira, da una visión de la España en ese momento histórico).