Cine reivindicativo dirigido por Fernando Mereilles y basado en hechos reales. Inquietante sobretodo el papel que tienen los niños – o futuro del país – en esa película. Des de sirvientes, adictos, fumadores y asesinos. Parece que todo mal se encuentra en la ciudad y la división que nosotros acostumbramos hacer de el bien y el mal allí se distorsiona de mala manera. En este suburbio llamado Ciudad de Dios las vidas y la justicia valen menos que la droga y el dinero. Quizá una película demasiada honesta para aquellos que se niegan a abrir los ojos en el mundo en el que vivimos. Difícilmente se olvidan los personajes de esta película, sobretodo la vida y obra de Ze Pequeño.
Gran montaje y buena gestión de la banda sonora que hacen mejor a la película. Parecida a 'Slumdog Millionaire', pero esto no es un cuento.
Una escena: la carrera de la gallina con el que empieza la película y lo que pasa a posterior. También hay que destacar el final, donde “justicia” y violencia se unen de la mano para el bien común y el relevo de poder en Ciudad de Dios.
Una pega: puede que el ritmo de la película decaiga al pasar la media hora, pero se recupera en el momento en el que llega al punto crucial que nos llevará hasta el final de la película.

Y al séptimo día, Bertu descansó. Aunque hay muchos clásicos que todavía esperan a mi visionado.