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104Pág.Escritores Lili Frezza

 

Mi sueño es tener mi libro, me siento más cómoda en la prosa, aunque escribo poemas, a mi estilo porque es una buena manera de expresarse y una ayuda para volcar lo que uno siente así que le envío algunos de mis escritos.


 

Joan Manuel y Joaquín

Joan Manuel y Joaquín, mi marido y mi amante. Una tarde de sábado de hace no sé cuánto…

Diecisiete años recién estrenados cuando se me aparece aquel long play de portada colorada donde un tímido muchacho de barba se me metió en la piel “DEDICADO A ANTONIO MACHADO POETA”. En ese momento para mí nacía otro poeta. “Se paró mi reloj” adolescente cuando escuché ese decir, y a partir de ese momento supe que iba a ser mi compañero de toda la vida, que viajaría por sus sueños y que ellos se fundirían con los míos.

Y así fue, Serrat me sigue acompañando, es el hombre de mi vida con quien compartí a los otros amores, los reales, cuando era “el “tiempo de amarse a media voz”. Y después de ese “tiempo de lluvia” vinieron las tormentas que azotan a casi todas las vidas, en ese momento aparece el atorrante, el que saca a la luz los más obscenos deseos, mi amante, el del morbo, la curiosidad por lo desconocido, ése por el que vivís en la cuerda floja, donde sos tan feliz manteniéndote como cayendo al vacío.

Ambos tienen tanto en común, cuando me escapé al “boulevard de los sueños rotos” siempre e inevitablemente regresé a tomar el café que la vida me ofrecía a lado de Juanito para luego volar al “bar de la esquina” donde ese macho de sonrisa lasciva me estaba esperando. Pero regreso al tiempo de mi primer amor, lo he escuchado hasta el cansancio, he descubierto en temas musicales, cosas nuevas cada vez que mis oídos se deleitaban.

Recuerdo un simple “Poco antes de que den las diez” con el que tantas muchachas de mi generación nos identificamos, el volver a casa a horario después de haber saboreado las delicias de los primeros besos y caricias atrevidas, poner cara de nena buena…”la niña duerme en casa y en un reloj darán las diez”. Cuando casi todos los de mi generación escuchaban a la Nueva Ola, Beatles, música beat y rock progresivo con el cual sólo bailaba y divertía, me encontraba con él en ese espacio de noche oscura y descubría a Machado, genio de genios, un poeta que tal vez no todos hubiéramos llegado a conocer sin el empujoncito del Nano.