Me cautivó lo sencillo y complejo que puede ser el proceso. Es cierto, suena a pura dicotomía y es así, pues en algo tan delicado como un huevo, se pueden realizar casi cualquier cosa, que a simple vista puede ser simple y complicado o complicado y simple. A ver si me explico mejor. Uno puede realizar un diseño muy básico, pero a la hora de trabajar el huevo, generalmente con un calado, puede transformarse en una verdadera pesadilla, como también puede ser totalmente a la inversa. Todo depende de cuánto quieras complicarte la existencia. Algo que hago muy a menudo en este tipo de proyectos. Jajaja.
Me gusta mucho trabajar con guardas de origen celta. Nada complicadito... Jajaja.
De la mano de Arte Realeggza de Vanesa Pena y mi profesora Mara Benini sigo aprendiendo, aunque por ahora lo tengo en suspenso, sigo diseñando por mi cuenta.
—Estás muy comprometido con el arte. Tus cuadros con imágenes o de temas orientales. Me imagino que has tenido que estudiar las técnicas, bien documentarte ¿o eres autodidacta?
—¡Ah!, La pintura. Algo que comenzó casi por casualidad, al acompañar a mi hija en sus primeros pasos en pintura decorativa, me gustó y me subí al tren.
No hace mucho que me dedico a esto, es algo que me relaja bastante, aunque no estoy haciéndome el tiempo para poder desarrollarlo como quisiera, vamos a ver este año, que pasa.
Tengo algo de autodidacta, pero me gusta siempre que puedo formar una base (cosa que logre haciendo pintura decorativa de la mano de la Prof. Mara Benini, sí, la misma de antes). Aunque debo admitir que la mayoría de las veces ha sido “tirarme a la pileta” con cada cuadro. Por fortuna cuento con un séquito de críticos en casa, que por supuesto no siempre me alaban, entre ellas (son todas mujeres) mi madre, que anda entusiasmada y me empujo a estudiar dibujo para perfeccionarme. Por esa razón comienzo a estudiar en el taller de Guillermo Roux en marzo de 2011, sin dejar de pintar, claro.