Mi estómago sufría espasmos, mientras profundos suspiros colmados de coraje me hacían estremecer. No sabía por qué, todo resultaba muy traumático.
—Ahora dime… ¿qué piensas de esa mujer?
A continuación, se rompió el silencio con mis gritos.
—¡Es una tonta esa mujer, no sabe cómo vivir bien! ¡Es una estúpida!
Mientras gritaba mis dientes castañeteaban, y mis labios iban desfigurándose en una mueca de espanto y dolor. Con las lágrimas en los ojos me vi en esa mujer del espejo, el coraje se volvió llanto desgarrador, un incesante y amargo llanto. La doctora sentada en su sillón, escuchaba, me observaba fijamente. Dejaba que pasara el tiempo y que me desahogara tanto como pudiera. No recuerdo cuanto tiempo duré en ese estado, pero debió ser lo suficiente para lastimarme, casi lacerarme el alma, porque termine agotada, sin ánimos de nada más. Pero al poco de estar enfocando mi imagen, otra vez tocaba ese rostro tratando de quitarle esa desagradable máscara.
—¡Está fea! —Gritaba—, ¡está muy fea, me da miedo esta deforme mujer!
Cuando hube quedado sin ánimos, rendida y sin fuerzas, la doctora hizo una pausa al silencio y dijo:
—Esa cara que ves es el reflejo de tu alma, así te sientes. Está sufriendo tu alma. Ahora respira, y mira otra vez a esa mujer del espejo. Piensa que es tu hija, dime ¿qué le dirías a tu hija si fuera ella quién cometió esos errores? ¿Cómo podrías calmarla?
Empecé a mirarla de otra manera, subí mis pies al sofá, agarrándome como siempre las piernas y doblada como una bebe, me limpiaba las lágrimas duramente. Con voz fuerte, pero tratando de dulcificarla a la vez; como si fuera mi muñequita y quisiera que se le quitara el llanto, le hablé...
—Ya no llores, ¡no llores! Mira, todo lo que te ha pasado es porque no sabías, pero ahora me tienes a mí y todo va a pasar, todo va a estar bien. Tranquila, eres una persona bonita y todo se solucionará.
—Dile más cosas a tu niña, que todavía no se siente bien.
Yo seguía mi plática con esa hija del espejo.
— ¡No puedo! —le decía; se me hacía difícil reconciliarme conmigo.