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23 Pág. Música Esteban Isnardi

 

Poco conocidas. Se las descubre ahora en los baúles del tiempo.

Enseño además conga, música de carnaval. Y algunos Orishas, deidades de la religión Yorubá: lo mío es Changó, el rey, Elegguá, el que abre los caminos, y Obatalá, el padre.

Escapando ya de lo cubano y por motivos más comerciales, aunque me gusta, enseño
bachata, una música cadenciosa dominicana, y bachatango o bachango o bachata-tango, fusión de estos ritmos, bailables con ciertos temas de Gotan Project, por ejemplo.

El merengue en su forma bailable socialmente (fuera del folclore dominicano) es muy elemental y poco interesante. Es caminar, aplastar uvas con los pies. Para poca
embriaguez.

—Sé que has ganado varios premios muy importantes... ¿Cómo llegas a hacerte de un prestigio en el mundo de la salsa, compitiendo con gente que provienen de la misma cuna de la salsa?

—Es verdad, no me voy a sacar laureles que no le robé a nadie. Mis mayores logros en competencias son: podio (3o) en el campeonato del mundo de rueda en Torino, Italia 2003. Campeón de Suiza de rueda en 2001 y 2004. Tengo más en campeonatos del mundo pero morí al pie del podio. Creo que hablará mejor que yo (porque no es lindo auto-alabarse) el e-mail que me mandó el que en Cuba llaman el “Diamante de la Salsa”: Mario Charon, quizá uno de los mejores soneros cubanos.

—Sí, efectivamente aquí he transcrito parte del mail, con expresiones de lo más sinceras y con mucho aprecio: