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133 Pág. Algo que contar Requiem para el rey de las profundidades

 

Estos son los hechos que oficialmente fueron reconocidos por el gobierno ruso.

Como no podía ser de otro modo, tal y como decíamos al principio, inmediatamente después del accidente surgieron las teorías de las conspiraciones. ¿Hay algo de cierto en ellas?

Por lo pronto, la más inquietante, es la que responsabiliza a los Estados Unidos de haber hundido al Kursk.

La suma de varias situaciones, según parece, debidamente documentadas, apuntan a que en agosto de 2000, el mundo estuvo a punto de presenciar una hecatombe con consecuencias incalculables, en otras palabras: la tercera guerra mundial.

En julio de ese año, se celebra en Moscú, el juicio a Edmont Pope, estadounidense acusado de espionaje, la condena es de 20 años de trabajos forzados, pero es liberado después de nueve meses de negociaciones entre Putin y Clinton.

¿En qué consistía el espionaje de Pope? Según los rusos había estado pasando información a su país sobre un nuevo tipo de torpedo: el SHKVAL.

Poco es lo que se sabe de esta arma, pero es suficiente para que a los gobernantes y militares de los países de la OTAN se les ericen los pelos de sus rapadas nucas. Además de su potencia explosiva, su característica más notable es un sistema de propulsión denominado "supercavitación", que crea una bolsa de gas en la proa,  eliminando casi por completo la fricción con el agua; esto le permite alcanzar una velocidad de 512 km/hora.

Entre los planes de Putin para la reconstrucción de Rusia —venida a menos luego de la desaparición de la Unión Soviética—, se encuentra la venta de armas. El Kursk debía realizar una demostración del SHKVAL ante los oficiales chinos para que vieran las bondades de la última versión del torpedo.

El día del entrenamiento, los rusos no están solos, se hallan presentes un submarino nuclear británico y dos submarinos de ataque de Estados Unidos, el USS Memphis y el USS Toledo.

Según un documental, en el que se narra con mucho detalle lo que en realidad pasó ese día, el Toledo habría recibido la orden de merodear alrededor del Kursk, mientras el Memphis los seguía a una distancia mayor. Cuando se produce la primera explosión, el Kursk, en vez de emerger, acelera sus motores al máximo, lo que sugiere que ha recibido el ataque de otra nave.