Luego de la segunda explosión, el almirante Popov, al mando de las maniobras, ordena al buque insignia que se aleje de la zona, él vuelve a tierra firme con los militares chinos y desaparece durante varias horas. Inmediatamente el mini-submarino AS15 se sumerge con una unidad especial de submarinistas para inspeccionar la nave; nadie responde a la pregunta que más tarde haría la prensa: ¿porqué no se utilizaron para rescatar a los hombres atrapados?
La marina rusa manifestó que necesitó 30 horas para localizar la nave, la cual si se hubiera puesto en posición vertical, con la popa hacia arriba, sobresaldría más de 40 metros, dejando la escotilla de escape a la vista.
Otro detalle sugestivo es que cuando se autoriza a los submarinistas británicos y noruegos a descender hasta el barco, no se les permite ir a la parte delantera, estos hombres confirmaron que el barco estaba allí, que no había corrientes y que estaba en posición horizontal.
Los oficiales de la marina rusa incriminan a los submarinos británicos y estadounidenses acusándolos de una colisión y lanzamiento de torpedo. Naturalmente, los diplomáticos de estos países niegan toda participación y ofrecen otra explicación: la explosión fortuita de un torpedo propulsado por peróxido de hidrógeno.
Esta explicación permite a Putin descartar las responsabilidades extranjeras y Ustinov la aprovecha como explicación oficial.
Mientras tanto los almirantes presentan pruebas en vídeo de una colisión con otro sumergible, en las imágenes aparece una grieta en el casco, un extraño agujero circular y el metal hundido hacia adentro.
La prensa rusa desata las sospechas mencionando la presencia de un torpedo MK-48 —de Estados Unidos.
El hecho de que dos submarinos estadounidenses estuvieran implicados en el incidente y el gobierno ruso lo ocultara, da que pensar, estimula la elaboración de especulaciones. Como por ejemplo, que Estados Unidos intentó sabotear la venta de armas a China, ya que eso provocaría un desequilibro de fuerzas en el sureste asiático, pero como las cosas no siempre resultan como uno quiere, la situación se salió de control. Seguir de cerca es una maniobra peligrosa en sí, especialmente si es a poca profundidad, donde hay demasiadas interferencias magnéticas que dificultan las maniobras.