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135 Pág. Algo que contar Requiem para el rey de las profundidades

 

Fue esta circunstancia, según parece, la que provocó la colisión del Toledo con el Kursk. Según el documental citado, es como si un barco de rastreo envistiera al Queen Mary, tal es la diferencia entre ambos submarinos. Como era de esperarse, el Toledo queda muy dañado y se aleja de la zona mientras el Memphis se acerca y lo cubre. Es entonces cuando su sonar detecta el sonido característico de la apertura de la compuerta del tubo de lanzamiento y la preparación de un torpedo SHKVAL. El comandante del Memphis, que interpreta esta acción como una represalia, decide rápidamente defender su nave y ataca al Kursk con un MK-48, el cual atraviesa limpiamente el casco a la altura del compartimento de torpedos y explota en su interior.

Debido a la gran fortaleza del submarino ruso, este impacto no impide que siga su ruta, pero es esta primera explosión la que crea las circunstancias para que se detonen todos los torpedos del compartimento, incluyendo los SHKVAL, esta segunda deflagración envía el barco al fondo.

Notemos que aquí hay una contradicción con el informe oficial, según el cual, la explosión fuerte se produjo cuando la nave estaba ya posada en el fondo. El Memphis se encuentra lo suficientemente cerca como para que la onda expansiva lo afecte; tarda siete días en llegar a Noruega. Un periódico moscovita publica dos fotos de satélite de la nave, la primera en un muelle de reparaciones y la segunda mientras está siendo reparada y una lona cubre el espacio de la desaparecida boya de localización, que había sido hallada anteriormente por el Pedro el Grande.

Estados Unidos deja correr los acontecimientos intentando que los rusos se olviden del Toledo, el Memphis sirve como señuelo para atraer la atención de todos. Posteriormente los servicios secretos rusos localizan al Toledo escondido en un dique cerrado, pero los Estados Unidos se niegan a que sea inspeccionado. Durante la guerra fría hubo varios incidentes entre submarinos, como el K-219, el USS Scorpion y el USS Grayling, entre otros, costando la vida de cientos de tripulantes; nadie quería que esos días volvieran. Con esto en mente, Clinton y Putin negociaron una conclusión pacífica.

Tres días después de la tragedia, George Tenet, director de la CIA, viaja a Moscú. ¿Es casualidad que esto ocurra justo después del accidente? Días más tarde se cancela una deuda que Rusia había contraído con Estados Unidos y se concede un nuevo préstamo de 8.300.000 €.

Mientras ocurren todas estas cosas, las familias de los marineros aparecen una y otra vez en televisión, son recibidos por los oficiales de la marina, a los que increpan sin miramientos, reclamando por la vida sus seres queridos.