La luz visible atraviesa con bastante eficacia la atmósfera limpia, pero cuando hay nubes o masas de polvo parte de ella es absorbida o reflejada.
El Sol es la principal fuente de radiación infrarroja pero también puede ser producida por otros cuerpos, como las llamas de una hoguera o los mismos mamíferos. Este tipo de radiación no puede ser captada por el ojo humano aunque algunos animales sí que son capaces de hacerlo como las serpientes. En cambio sí que podemos sentirla dado que cuando entra en contacto con la piel hace que las moléculas se agiten y se genera calor.
Algunos de los efectos que produce sobre el organismo son:
- Descenso de la presión arterial
- Aumento de la frecuencia cardiaca y de la alcalinidad de la sangre
- Aumento del ritmo respiratorio
- Aumento de la sudoración
- Relajación muscular, sedación y en general relajación en todo el organismo (lo que denominamos modorra cuando estamos cerca de un fuego en invierno o bajo el sol de la playa en verano)
- Efectos inflamatorios
- Vasodilatación subcutánea y enrojecimiento de la piel
- Disminución del volumen y la concentración de orina
En condiciones normales la radiación infrarroja que proviene del Sol no es demasiado perjudicial, los principales problemas ocurren ante la radiación artificial.
