Romain Sardou es un escritor poco conocido, de origen francés, divide actualmente su tiempo entre Suiza y Estados Unidos; es hijo del cantante y compositor Michel Sardou. Su primer amor fue el teatro, llegando incluso a matricularse para recibir clases ya que quería ser dramaturgo, de la actuación pasó a la literatura y durante su adolescencia se mudó a Los Ángeles donde empezó su carrera literaria trabajando como guionista de televisión y luego haciendo realidad sus sueño de ser escritor. Sus novelas son siempre históricas y aunque podría afirmarse que en la actualidad existen demasiadas de novelas de este tipo, las de Sardou son dignas de mención. Los thrillers históricos "La herejía" y "El peregrino del tiempo" han recibido un unánime reconocimiento tanto de la crítica como del público.

En el caso de "Líbranos del mal" también podemos disfrutar de una excelente novela, ambientada en el siglo XIII y con una doble trama que obviamente se cruza al final.

El padre Guillermo Aba inicia la persecución de los secuestradores del pequeño Perrot al mismo tiempo que el investigador Benedicto Gui inicia las pesquisas para encontrar al joven Rainerio. Detrás de ambos eventos se halla la mano del canciller Artemidoro de Broca, que además, se ocupa de retrasar la elección del nuevo Papa de acuerdo a sus propios intereses.

Los esfuerzos del padre Aba y de Benedicto Gui están dirigidos hacia un mismo final, descubrir la conspiración de Artemidoro de Broca, ya que Perrot nació con el don de curar enfermedades y hacer que las mujeres de la aldea de Cantimpre puedan llevar sus embarazos a buen término. A su vez Rainerio en el servicio que presta a la Iglesia, se ocupa de investigar los supuestos milagros de aquellos que se presentan como candidatos a la beatificación.

El de Perrot forma parte de una serie de secuestros de niños con dones especiales de distintos lugares de Francia e Italia.

Como suele suceder el fin último de la cabeza conspiradora no es otro que el de dominar el mundo. Contrariamente a lo que sucede con los finales, si bien termina apropiadamente, golpea un poco al lector con escenas desafortunadas pero resueltas con inteligencia.

Sin duda Sardou es un escritor a tener en cuenta por todos aquellos apasionados por la novelas de ficción histórica.