Se trata de una estructura muy difícil de separar. Es el diamante. Así que la naturaleza nos presenta un hermano rico (diamante) y uno pobre (grafito).
Pero las cosas están a punto de cambiar.
Volvamos a las capas que forman el grafito. La forma que tendría una de ellas sería parecida a la siguiente imagen.

Grafeno (tomado de Gemeinsames Seminar Bonn-Köln) [1].
Esta formación bidimensional es precisamente el GRAFENO. Hay que recordar de inmediato que cada vértice de cada hexágono es un átomo de carbono. Y que, como se dijo antes, esos átomos están muy juntos. Por tanto esas separaciones que aparecen en cada hexágono no son tan grandes, sino que son meras licencias artísticas que permiten entender mejor como está formada la capa. Así que, sin saberlo, los trozos que estamos arrancando al presionar el lápiz son miles de capas de este material. Lo difícil es conseguir una sola de esas capas.
Precisamente, los dos físicos rusos premiados con el Nobel este 2010, consiguieron establecer un procedimiento que permite obtener las capas individualmente. Estamos entonces hablando de una capa de un solo átomo de espesor.
Las cualidades que se derivan de esta condición de capa de espesor monotámico son extraordinarias. Para valorar que significa tal espesor, piense que una hoja corriente de papel tiene un espesor equivalente a unas 700 mil capas de grafeno.
Con razón merecen el premio Nobel [2].