Más,  ¡no desesperen! Muy pronto lo veremos en acción con el grupo, aquí en ZK 2.0. (¡Ya no puedes zafar Antonio! Jejeje).

Sin más dilación, vamos a adentrarnos en la obra de nuestro amigo Arba2.

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ATLAS

Estaba exhausto. Una rodilla contra el suelo y el codo sobre la otra rodilla que tenía flexionada. La carga que sostenía sobre la espalda, la había dejado caer, rodando esta unos pocos de metros.

Sabía que tarde o temprano este momento iba a llegar, ya que los dioses así se lo habían comunicado.  Nunca pensó que podía ser tan duro.

El murmullo que le llegaba desde la carga lo atormentaba, le rompía el corazón. Un rumor que solo él oía, o por lo menos creía oír. Las lágrimas caían por la piel de la cara ya petrificada por tantos milenos, azotado por el viento, la lluvia y el sol.

La carga empezó a resquebrajarse como un cristal por una fisura, debido a verse sometida a continuas vibraciones.

Extendió las manos, como un último intento por salvarla, pero era inútil, estaba demasiado lejos de su alcance y ya no podía con su cuerpo.

La carga, era el hogar de los seres que habitaban dentro de ella, un mundo apartado de lo que les rodeaba, un mundo que se estaba haciendo añicos, provocando que las aguas corrieran libremente por donde se les antojase, anegando zonas que antes nunca habían estado inundadas, provocando confusión, pánico y desesperación a los seres de ese mundo, ahora agonizantes y convulsionados que esperaban que algún dios bondadoso les salvase de sus irremediables muertes. Pero los dioses observaban divertidos los acontecimientos alrededor, como si de un circo romano se tratase.

Solo un dios, un Titán, un Coloso quería salvarlos. El que los portó sobre sus hombros todo el tiempo y no pudo contenerlos por toda la eternidad, ya que este era su deseo.