Si en la actualidad se volviera a hacer la saga de James Bond, sin libro, sin nada, el agente 007 sería Chuck. Y es que hay que misiones y misiones, pero una de las más difíciles es conseguir renovar la serie por una tercera temporada cuando la NBC ya quería meterla en el armario.

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Hacemos un poco de marcha atrás. Final de la segunda temporada. Llega la esperada boda entre Ellie, la hermana de Chuck, y “Captain Awesome”. Todo parece ser la ceremonia perfecta hasta que Chuck descubre que un miembro de FULCRUM que daba por muerto aparece junto a la boda de su hermana junto a sus hombres. Este malvado villano le pide el Intersect y le da 30 minutos (40 por el tráfico) para que le traiga el artilugio. Dicho y hecho, Chuck va hacia el “castillo” donde se encuentra a Bryce. Bartowski solo tiene la opción de contarle a su “compañero” lo que está pasando en la iglesia.

Mientras tanto en la casa del Señor, Morgan quiere por todas detener la boda porque cree que Chuck se ha olvidado los anillos. Y para salvar la noche allí estaban: Jeffster. “Captain Awesome”, hablando con Morgan, intuye que a Chuck le pasará algo muy importante para que esté sucediendo esto (recordemos que descubrió que su cuñado era un espía).

Todo estaba hecho para el banquete, y todo se echó a perder. Con la aparición de Chuck y Bryce en el comedor, donde el último se declaró como el Intersect. Allí empezó una batalla entre los dos espías, Bryce y Sarah, y los hombres de FULCRUM. Chuck solo podía ver como se rompían las copas de la ceremonia de su hermana.

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