con delicia narrativa de cruzadas en prosa y verso.
Pero el infortunio llegó a él, cual inmenso clamor,
dejando que su amada musa se diluyera en sopor.
Reniega de su deambular sin la pasión de su amor;
su inspiración le dejó, hundiéndole en gran dolor.
La soledad, lóbrega amiga, le hizo la vista volver,
en busca de nuevos horizontes, otras Valkirias quizá;
en pos de esos aguerridos viajeros, abandonó Asgad,
hacia la Gaia prometida y que sus ojos anhelan ver.
Allí fuiste Tiwaz, solo lobo de mar, a la mar te hiciste.
Crees que la Madre Terra Celta, será tu destino final,
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pero tu humanidad te pesa, Cronos enemigo mortal
va restando tiempo vivido y no perdona un instante.
En la serenidad del ocaso, dejaste a tu corazón de guía
tras la musa perdida, te adentraste en playas y bahías.
Y corrientes juguetonas, te arrastraron hasta bajas rías,
donde desde lejos la brisa agonías de tristeza te traía.
Pero desgarraste tus prendas, tu búsqueda abandonaste.
Ahora tu alma suplicaba ver a la doncella de los riscos;
su plañir lejano angustiaba a guerreros y peregrinos,
cual soberbio hidalgo, hacia Cíes tu rumbo encaraste.
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