Milagritos se quedó esperando mucho rato y mientras vigilaba para que nadie las viera, disimulaba como si tomara el sol hasta que, cuando ya estaba muy preocupada y a punto de meterse ella en el agujero porque Cabezagrande tardaba un montón en salir, vio como aparecían sus antenas por el hoyito y entre sus patas traía bien agarrada la canica de colores irisados más bonita que jamás se había visto. La guardaron corriendo en una campanilla que usaron como bolsa y mientras se la llevaban, Milagritos le explicó a la Hormiga los problemas que la Oruga Doña Pelitos tenía con su marido.
Cabezagrande que era una Hormiga muy buena, comprendió los apuros de su vecina y entre las dos decidieron ayudarla. Pensaron en acercarse a su casa para hablar con ella y entregarle la canica para que hiciera lo que quisiera pero, por no molestar, decidieron llamarla por el móvil y después de hablar un rato, acordaron que lo mejor era vender la canica al Topillo Pitymy y así Doña Pelitos podía usar el dinero para lo que fuera más conveniente, Y sin pensarlo más, allá que se fueron las tres a los almacenes "Todo es un chollo" para hacer un buen negocio y ayudar, de esta manera, a la Oruga Doña Pelitos a salir de apuros, cosa que agradeció toda la familia de orugas que aquel día se dieron una merendola de pan con tomate y unas lonchas del mejor jamón que vendía en su tienda de comestibles el señor y la señora Ratónez.
¡Ah! Para que todos lo sepáis. La Lagartija Trapisondas que como ya sabéis es la periodista, fotógrafa y Directora de la Revista semanal "Dimes y Diretes" que se edita en el Jardín, propuso en la de aquella semana que a Milagritos y a Cabezagrande, les concedieran la Medalla de las Ayudadoras a las Orugas necesitadas y ¡menuda fiesta se organizó aquel día...! ¡Ya lo explicaremos...ya! ¡En el próximo cuento...! Ahora me voy a ayudar a Papá Noel a repartir regalos que estamos en Navidad… ¡Schssss… pero no se lo digáis a nadie que es un secreto!
