¡Hola a todos! Aunque sé que puedo llegar a ser cansina, no permitiré que termine el año sin mostrar mi careto por ZK 2.0. Pero no les traigo nada exótico ni navideño. Me imagino que cada uno tiene el menú adecuado y de tradición familiar. Preferí compartir con vosotros un plato para agasajar a esos amigos que seguro vendrán a saludar y de paso..., a ver si ligan una invitación a quedarse a comer. Les prepararé unas empanadas “criollas” bien argentinas de carne (empanadillas, en España). En mi familia han sido de larga tradición,  herencia de mi bisabuela Doña Rosa, “Lala” para los íntimos, que le salían de vicio y nunca faltaban en nuestra mesa para compartir con parientes y amigos.  Esta receta me valió un premio aquí en España hace unos años y salió publicada en el recetario de cocina de Knorr. Además tuve la gratísima sorpresa que la historia que acompañaba la receta (Concurso de Caldos Knorr: Receta con Historia), fue seleccionada para el Spot publicitario de la firma. Fue como vivir mis días de niña cocinando con mi querida bisabuela, muy emocionante y tierno, por cierto. Pero sin más dilación les dejo con Lala, una servidora y las empanadillas... mientras les cuento mi historia.

...Historias con sabor entrañable

Volver a las raíces no está de más. Siempre nos es grato reencontrarnos con nuestros recuerdos más entrañables, con aromas y sabores de nuestra infancia, la cocina de la abuela, ese gustillo tan especial de los guisos ancestrales que no se olvidan con el correr de los años, sino que de alguna manera se van transmitiendo de una generación a otra. Por eso en una época como la actual, en donde la cocina artesanal, lo “fato in casa” va perdiéndose en el olvido, tal como los dinosaurios, va hacia la extinción, hay que tratar de reflotar las viejas recetas familiares, es otra forma de mostrar amor por los nuestros.