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Rincón policial
por Jaime Olate
Casos verídicos, cuentos, charrascos...
 
 

 

 

El inspector Carrados
Fantasmas en el Cuartel

 

Hermoso Cuartel, con todas las comodidades que el anterior dueño, que se había sacado la lotería, pudo instalar. Un dormitorio para cada detective soltero, además de ser vecinos de gente acomodada. Han pasado varias décadas y aún se comentan los extraños hechos de una Comisaría de Investigaciones de una pequeña ciudad.

El entonces novato Detective José Carrados, se había presentado ante su nuevo Jefe, quien, después de darle la mano con un seco “Bienvenido, colega”, guardó silencio mientras examinaba la Hoja de Vida del joven. Lo invitó a tomar desayuno al pequeño y bien pertrechado casino, donde conversaban los funcionarios como bandada de loros; uno de ellos, tal vez el más deslenguado, miró a Carrados y quiso hacerse el chistoso al verlo tan callado.

—Eh, colega Carrados, ¿vienes directo de Santiago o… de la montaña?

(Risa general).  Pero el joven Detective se quedó impasible. Las risotadas poco a poco decrecieron; los miró apaciblemente.

—Soy de Santiago —su voz tranquila, casi sin inflexiones, les hizo comprender que era un tipo al que no iban a amedrentar y de algún modo se sintieron molestos. Silencio por varios minutos.

—¡Uuuh, qué discurso! —De nuevo Belucci, un muchacho de su edad aproximadamente—. Este tío habla tanto que no deja decir nada.

 
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