Con la certeza de que hay un poder en la sombra que mueve los hilos, comienza la parte final del viaje de Trevize y Pelorat, a quienes se suma la gaiana Bliss, para develar todas las incógnitas. En Comporellón —primer mundo habitado por la segunda colonización y fundado por Elijah Baley—, encuentran las pistas para dar los siguientes pasos; encuentran las coordenadas galácticas de los mundos prohibidos.
Estos son los 50 mundos de la primera colonización. El primer objetivo en su recorrido es Aurora —en su momento el planeta más poderoso de los espaciales—, totalmente desierto pero peligroso a causa de los animales que han sobrevivido a los hombres. Luego llega el turno de Solaria, el lugar en donde se desarrollan los hechos de «El sol desnudo», y el único mundo prohibido en el que encuentran seres humanos, y con la peculiaridad de que son hermafroditas. Allí se une Fallom a la expedición, el hijo del dueño de las tierras en la que aterrizan, que resulta muerto de manera accidental. En Melpomenia el último mundo espacial colonizado y también deshabitado, se enfrentan a nuevos peligros y hallan también nuevos datos. Finalmente llegan a Alfa, que no forma parte de los mundos espaciales. Allí se encuentran con que sus habitantes son los últimos humanos sobrevivientes de la Tierra, instalados allí por el Imperio en un despliegue de bondad, ya que el planeta se había vuelto radiactivo por completo.
Nueva Tierra, como lo llama su gente, tiene sus leyes. En ellas se establece que quien llega a conocer su existencia debe morir. Logran escapar por los pelos y se dirigen a la Tierra; ninguno acepta que la cuna de la humanidad se haya vuelto radiactiva. Cuando por fin la encuentran, para su desaliento, corroboran que lo que les habían informado era cierto. La Tierra tiene un nivel de radiación tan alto que resulta del todo incompatible con la vida. Sin embargo, Bliss detecta actividad cerebral, aunque diferente a la humana; su procedencia es la Luna. Cuando alunizan descubren una nueva sociedad y con ella las repuestas que buscaban y al personaje que ha estado detrás de todo y los ha guiado —a su manera—, hasta allí.
Así culmina la gran historia de la humanidad según Isaac Asimov, que ha sido considerado junto a Arthur Clarke y Robert Heinlein, uno de los tres grandes de la ciencia ficción. Lamentablemente el 6 de abril de 1992 fallece a la edad de 72 años, sin habernos mostrado el Segundo Imperio Galáctico, y sin escribir otras obras relativas a la Fundación tal como él mismo lo había manifestado.
Para los amantes de la historia, la ciencia ficción o ambas cosas a la vez, el universo de la Fundación es una obra monumental que no se puede dejar de leer. Lleva su tiempo, es muy extensa, pero si hay algo que puedo asegurar es que nunca se arrepentirán.
