Escritores
Manu López
 
 

Nací en el año 1920. En aquella época Los Santos era un pueblo eminentemente agrícola, exceptuando cuatro o cinco empresas de artesanía y comestibles, la gran mayoría trabajaba  como campesinos, bueno eso es un decir, eran esclavos de la tierra, pues estas, pertenecían la mayoría a terratenientes que no sabían ni que existían.

Las dejaban en manos de caciques del pueblo, que exprimían todo lo que podía a nuestros pobres paisanos, viviendo como reyes sin mover un dedo. Mi padre, tu bisabuelo era uno de esos campesinos, se levantaba a las 5 de la madrugada y llegaba a casa cuando la noche cerraba todas las puertas; por un mísero sueldo que apenas nos daba para comer.

Enfadados por tantas penurias, él y unos cuantos campesinos más, organizaron una especie de sindicato bajo la batuta del partido socialista. Un movimiento sindicalista obrero estaba surgiendo en todo el territorio nacional.

Hasta aquí llegaban noticias de que en Cataluña, se organizaban huelgas obreras para tratar de mejorar las condiciones de los trabajadores con el sindicato de la CNT a la cabeza. Mejoraron un poquito las condiciones en la que trabajaban, pero como siempre en esta vida, algo vino a recortar lo conseguido, un tal Primo de Rivera dio un golpe de Estado y el Rey Alfonso acepto el pronunciamiento. Tu bisabuelo junto con tres compañeros más, fue encarcelado. La cárcel en aquella época era poco más que un estercolero, la humedad y las condiciones en las que eran tratados acabaron con él, murió a los 10 meses de estar encerrado.

Como no había nadie más que pudiera traer a casa sueldo alguno, y siendo yo el mayor de 5 hermanos, con 9 años me puse a trabajar en el campo. Al principio llevando agua y cuidando de la candela, luego según fue pasando el tiempo, me fui incorporando poco a poco a las faenas típicas del campo, arar la tierra, echar estiércol, podar las viñas y los olivos, recolectar los frutos, en fin todo lo que se hace hoy en día pero con los medios de la época.

Esa era mi vida, nada de juegos de infancia, solo trabajo. Cuando cumplí los diecinueve años estallo la guerra civil. De repente me vi con un rifle en la mano, sin saber muy bien qué hacer con él, hermanos luchando por un sinsentido. Disparé, sí, maté seguramente también. Alguna de aquellas balas seguro que fue a parar al pecho de algún desgraciado como yo, que lo único que queríamos era que toda aquella locura terminase cuanto antes.

Como ya sabes, ganaron ellos, como hijo de  socialista y miliciano, fui señalado con el dedo por los que hasta hace poco eran mis  paisanos, así que tuve que huir al monte, allí estuvimos refugiados en una cueva durante un tiempo, después nos unimos a un grupo de maquis que pasaba por la zona.

 
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