A la vez es una etapa triste para el psicohistoriador ya que pierde a muchos de sus seres queridos que lo han acompañado durante años en el desarrollo de su ciencia.
Y llegamos al principio del fin, «Fundación». Es aquí cuando Seldon y su grupo de cien matemáticos con sus respectivas familias son arrestados por traición, cosa que había sido predicha por la psicohistoria y para la que ya estaban debidamente preparados.
Seldon declara que la caída del Imperio es inevitable por ser un movimiento histórico que ha estado desarrollándose por siglos. Según la psicohistoria habrá un período del 30.000 años de caos, hasta que pueda llegar a establecerse el Segundo Imperio Galáctico.
La alternativa es que mediante la psicohistoria se puede acortar a 1000 años el interregno entre ambos imperios. El gobierno sabe que Seldon tiene razón en sus predicciones pero no puede aceptarlo publicamente, por lo que negocia con él una salida decorosa para todos.
Los matemáticos son exiliados al planeta Términus en el extremo más alejado de la galaxia, allí podrán realizar una enciclopedia galáctica con la suma del conocimiento humano, para preservarlo y utilizarlo cuando el imperio haya desaparecido.
Pero Seldon ya tiene sus proyectos en marcha, en ellos figura el engañar al gobierno y hacerlo tomar las decisiones que más le conviene para empezar, y luego aislarse en Términus para establecer la Fundación —delegando la creación de la enciclopedia a un segundo plano—, que será la encargada de establecer un segundo y más estable imperio al cabo de los 1000 años.
Por otro lado, Seldon también establece la misteriosa Segunda Fundación en el otro extremo de la galaxia.
Durante los primeros siglos de vida en Términus, van sucediendo una serie de crisis de extrema gravedad —predichas por la psicohistoria—, que dejan a los miembros de la Fundación una sola línea de acción y dan como resultado un cambio radical y un aumento de su poder.