anterior
siguiente
Algo que contar
por ZeltiaG
Chile apostó al 33 y ganó
 
 

Lo siguiente que enviaron fue una cámara para poder verlos, constatando que se encontraban en bastante buenas condiciones y que pese a que pasaron más de medio mes sin ayuda del exterior, se habían mantenido con las pocas raciones de las que allí disponían. En un periódico leí que comieron cada 48 horas: dos cucharadas de atún, medio vaso de leche, media galleta cada uno y una lata de melocotones en conserva, que repartieron entre los 33. Estos detalles serán parte de las cosas que nos enteraremos cuando salga a la venta el libro, y que seguro todos compraremos. Creo que podemos hablar de un Best Seller, antes de haber sido escrito ya que  uno de los mineros, es quién ha documentado día a día todo lo que se vivió allí abajo y ha expresado su deseo de escribir la historia.  Mucho de lo que ha trascendido por internet, hay que tomarlo con “pinzas”. Información que roza a novela, milagros, numerología y un sinfín de datos que no podemos otorgarles crédito, pero hay que reconocer que le ha dado al evento su cuota sensacionalista. Lo que sí podemos decir, es que éste accidente minero en particular, ha marcado el comienzo de una nueva era en lo tocante a rescates de profundidad. Pero no todo es maravilloso. Es cierto que la minería es una actividad por demás dura y peligrosa, y que según el mineral a extraer, riesgosa para la salud a largo plazo. Muchas vidas que se perdieron en derrumbes no fueron por muerte directa, es decir, los hombres no morían en el desplome, sino  por no llegar a tiempo el rescate. Teniendo una muerte lenta y terrible.

 A esas profundidades, el calor hace que la persona se deshidrate con celeridad, el oxígeno escasea  y si están heridos, el tiempo corre aún más en contra.  La falta de recursos y organización en los procedimientos de rescate, son los peores enemigos de las víctimas pues son los responsables del retraso en el accionar. Es de suma urgencia ubicar la localización de los supervivientes y saber su estado. Paso siguiente, hidratarles y enviarles medicamentos y sustento mientas se realiza el rescate. La rapidez, la optimización del trabajo y  la atención de prioridades, puede disminuir notablemente la mortandad en esas situaciones. Creo que en ese campo, Chile ha mostrado una resolución que esperamos aliente a otros países que tienen mucha siniestralidad en el ámbito minero.  Es imprescindible formar equipos rescatistas con las bases bien plantadas y por supuesto, disponer “in situ” de un equipo Fénix.

En algunos medios de información se coló que la Nasa trabajó en el diseño base de las cápsulas de rescate Fenix 1, 2 y 3, y que la Armada chilena realizó los prototipos en tiempo récord.

 
  menu 87