Por cierto, este caso es una excepción a algo que es habitual en la concesión de los Premios Nobel, pues en general hay bastante lapso de tiempo entre el descubrimiento y el reconocimiento. De hecho se suele decir que para ganar el Nobel son necesarias dos cosas: un gran hallazgo y vivir muchos años. Precisamente en el Nobel de Medicina de este año falta el ayudante de R. Edwards, Patrick Steptoe, fallecido en 1988. Pero, ¿están todos los que son? Obviamente no. Y digo obviamente porque es imposible que se puedan premiar a tantos y tantos científicos cuando se premia como máximo a tres personas por año [3]. No obstante. hay algunos casos “sangrantes”.
Por ejemplo, George Gamow explicó la física cuántica de la radiactividad, postuló la versión moderna del Big Bang, propuso que las estrellas brillan por reacciones termonucleares y descubrió el concepto de código genético... y no recibió el Nobel. Otro caso llamativo, por la misma razón, es de Nicola Tesla, ingeniero húngaro emigrado a Estados Unidos, que está detrás las dinamos de corriente alterna, la transmisión de la energía eléctrica y la bobina de inducción. Tampoco lo recibió Dmitri Mendeleyev, cuya Tabla Periódica es la base de todas las que están presentes en las escuelas del mundo; o Oswald Avery, que demostró que el ADN es la molécula portadora de la información genética; ni Julius Lilienfeld, creador del transistor; ni George Zweig, codescubridor de los quarks ni Lise Meitner, descubridora de la fisión nuclear.

Jocelyn Bell |
El caso de Lise Meitner es especialmente “duro” porque fue Otto Hahn quien se llevó el reconocimiento sobre la fisión nuclear “aprovechando” que Meitner tuvo que escapar de Alemania durante la persecución de los nazis a los judíos. Afortunadamente, Meitner figura en la Tabla Periódica de los elementos químicos (el 109), y Hahn que estuvo provisionalmente en ella con el número 104, fue ya hace años “destituido”. Por cierto el elemento 102 es el Nobelio (No). Además, el caso de los Nobel en ciencias y la mujer es un caso claro en el que los prejuicios “machistas” siguen estando presentes.
Es cierto que los problemas de discriminación por causa del género hacen que haya menor presencia de mujeres en la investigación científica de gran altura, pero también es cierto que algunas mujeres han hecho merecimientos más que sobrados para haber recibido el Nobel. Un ejemplo de esto es el Jocelyn Bell [4], descubridora de los púlsars .Las causas de estas ausencias son de muy diferente tipo. Ya hemos mencionado la cuestión de la longevidad “necesaria”, los prejuicios machistas, pero también las miserias humanas como la envidida, el enfrentamiento, el empecinamiento en la creencia de que una teoría era incorrecta, etc.