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Algo que contar
por ZeltiaG
Nostalgias de celuloide
 
 

Hay que reconocer que probablemente su pasión por autores literarios como Charles Dicken’s o Edgard Allan Poe, sirvió para forjar ese estilo tan especial e inconfundible, que le valió el título  de  “Maestro del Suspense”.

Es muy sabido que tenía la particularidad de “elegir a sus actores y actrices” con mucho tino y con los que entablaba una relación casi adictiva. Entre sus preferencias para los roles principales eran las rubias quienes tenían ventaja: Joan Fontaine, Ingrid Bergman, Tippi  Hedren, Grace Kelly y Vera Miles.  Los actores de su preferencia fueron James Stewart y Cary Grant.

Por supuesto que otros conocidísimos de la gran pantalla, también figuraron es sus films, pero con menos frecuencia. Una de las películas que recuerdo con Grant- Bergman, una que en España se conoció como Encadenados (Notorius, 1946).

Un thriller, cuyos protagonistas son unos espías que se ven repentinamente viviendo un romance peligroso. Esto transcurre poco después de la Segunda Guerra Mundial  y nuestro osado Cary, está en medio de una operación de espionaje, en la que debe descubrir las intenciones de unos ex espías nazis, que fraguan reorganizar el movimiento en ese país, Brasil, donde transcurre la historia.

Seguiría realizando una infatigable labor, ya que al tiempo que trabajaba en sus films a lo largo de su carrera, hizo de todo: guionista, director, productor, actuó en muchas de sus obras, aunque generalmente eran apariciones fugaces y casi sin guión, solo rostro.

Pero en las producciones para TV, sí nos acostumbró a verlo como conductor o presentador, quién con ese porte tan extraño y ese carisma misterioso le daba “su sello personal”  de un terror garantizado a la obra. Por ejemplo, muchos recordaremos ese famoso espacio de televisión: Alfred Hitchcock Presenta o La hora de Alfred Hitchcock.

Después que la Bergman se fuera a trabajar con el director Roberto Rossellini, Hitchcock tuvo que reponerse del duro golpe que eso le supuso.

Pero eso pronto pasaría ya que conoció a la que se convirtió en su nueva musa: Grace Kelly. Sin embargo, le duraría poco, ya que después de tres films con Hitchcock ésta conoció al que sería su esposo y le cambiaría la vida, convirtiéndose en la Princesa de Mónaco en 1955.

 
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