Por supuesto no falta la joyería tradicional como sapos, aderezos y pendientes; instrumentos de percusión como panderetas, tambores, tarrañolas, castañuelas, etc.
También variedad en Suvenires típicos, adornos de cerámica gallega como la de la firma Sargadelos y en barro cocido, típicas piezas de los maestros alfareros. En Bulideira pudimos comprobar cómo se trabaja en torno a la tradición y que el buen hacer, forma parte de vida del artesano gallego.
Montse y sus ayudantes nos han enseñado y explicado todo lo que significa llevar un atuendo típico y como trabajan ellos.
Primeramente han tenido que realizar algunos estudios etnográficos, buscar piezas originales que algunas familias aún conservaban de sus antepasados o en museos como el de O Pobo Galego, (El pueblo gallego), que posee una amplia colección de accesorios y trajes de época. Reproducir al detalle una pieza original de cien o doscientos años, conlleva una ardua labor.
Estudiar su procedencia y los accesorios que en ese lugar y momento, complementaban dichos trajes y luego buscar las telas y materiales que más se ajusten a la hora de su confección. Luego rediseñar las partes faltantes y empezar la tarea de reproducción. El resultado final es maravilloso.


*Aquí nos muestra Montse un ejemplo de traje de niño con 150 años de historia que deberá reproducir. Se saca el patrón del modelo y luego comienza la búsqueda de los materiales que deben ser exactos al original.
También se encargan de diseñar cada cosa, cuidando el detalle para lograr el traje adecuado según sea la ocasión: bailes típicos de cada región, de gala o de “cotío”, es decir de diario.
Además los diferentes atuendos para eventos como bodas tradicionales, donde estos artesanos han logrado darle vida al atuendo de antaño, al igual que los llevaran nuestras abuelas, con todas las mejores galas y los hombres con sus capas, monteiras y polainas.