anterior
siguiente
Escritores
Juan C.
 
 

A ver...  Me han dicho que tengo yo que hablar de mí, una biografía o algo así ¡Jope! ¡Complicado es esto!,  bueno... nací, si nací en Madrid,  allá por los años 50, o sea soy hijo de la generación reprimida, no sufrimos guerras pero nos educaron con tesón dictatorial para sentenciar de por vida nuestros sueños, y así nos ha ido, falsas oportunidades, lecturas censuradas  y todo pecado. Sí, el maligno acechaba en cada esquina, bailes prohibidos, cuidado con las reuniones pues más de tres sucumbían ante la ley de asociación ilícita.  Los viajes con el carnet en la boca pasando de mala manera por el norte en permanente estado de excepción, para ir a hurtadillas a comprar algún libro en Perpiñan, en el Ruedo Ibérico  y es que éramos el Cisma de Occidente. Mal estudiante, veranos interno o curiosamente desterrado a una masía familiar (casa rural) en Cataluña, diez y ocho maldecidos meses “vestido” de militar. Libros, carrera, oposición y título de Gestor Administrativo. Eso sí,  el más joven de mi promoción y... ¡Zas, listo para la sociedad! Casado y bien casado, lo cual gloriosamente me significó esposa, dos hijos, dos nietos (por ahora), un gato, una perra y una tortuga; cuarenta años de soportar la vida de capital, un humor de perros y una paciencia inconmensurable. La vida es lo que es...  Una ruleta infatigable de penas y alegrías e intento navegar en cada circulo de forma que el tedio nunca me alcance para bien o para mal. Un segundo apellido Benet, que es casi una losa a la hora de escribir y escarceos, muchos y variados en revistas de índole técnico y profesional como en su día fue Seguritecnia, Boletines del Colegio de Gestores de Madrid y de España, Revista de Acuarofilia y poco más, eso si todo con ganas, con muchas ganas. Ahora ya desvitalizado laboralmente, o sea más dueño de mi tiempo y exiliado voluntariamente en Toledo, me dedico a esbozar, pertrechar, acunar escritos con mayor o menor suerte es algo así:

Vivo en tierra árida,
tierra de botijos, moscas y calor.
Vivo a la sombra del olivo centenario.
Vivo con frescura de ser llano en palabras
y parco en pensamientos
tal vez, es que en tierra manchega

cada piedra es una historia
y cada historia un portento.
Soy ácrata difuso e ignorante,
soy agnóstico recalcitrante,
soy como mi tierra seca,
pedregosa e impermeable.

Y bueno, ¿qué más decir que se pueda contar?, tal vez yo me descubra en cada escrito o tal vez mi imaginación cree el límite real..., la verdad poco interesante, pero es lo que hay cada mañana con el premio de un buen café, aún siendo de bote.

 
  menu 38