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Ciencia y tecnología
por Ramón Cid
Plasma, el cuarto estado
 
 

Algunos ejemplos son las lámparas de bajo consumo y los plasmas generados en multitud de procesos industriales. En la naturaleza, existen plasmas fríos moleculares, por ejemplo, en ciertas regiones de las nubes interestelares y en las ionosferas de la Tierra y otros planetas o satélites; pero también son producidos actualmente por el ser humano en gran variedad para investigación y multitud de aplicaciones, algunas ya mencionadas.

Además de la clasificación que acabamos de indicar, podemos establecer otra categorización en cuatro tipos que se corresponden con condiciones cada vez más extremas:

 Plasma común: los átomos han perdido parte de sus electrones más externos debido a una alta temperatura o presión. Los electrones libres son responsables de las características plasmáticas de la sustancia en cuestión.

 Plasma termonuclear: ya no hay átomos, la sustancia es una mezcla de núcleos y electrones libres. En éste estado se encuentran el plasma en los núcleos de las estrellas, donde se da lugar la síntesis termonuclear.

 Plasma de nucleones: ahí tenemos una mezcla de electrones, protones y neutrones. Aparecen en las grandes explosiones estelares (supernovas, por ejemplo). Precisamente en estas explosiones es donde se generan los núcleos de elementos pesados, así que esos elementos que ahora tenemos en nuestro cuerpo fueron formados a partir de plasmas en esas enormes explosiones.

 Plasma de quarks-gluones: en las energías enormes resultado de las colisiones que se generan en aceleradores de partículas (como el LHC del que hablé en esta revista en un número anterior) se genera este plasma especial. No voy a entrar aquí en explicaciones precisas, pero el interés de este tipo de plasma es que también estuvo presente en los primeros instantes después del Big Bang. Así que conocer su comportamiento nos dirá algo de como ocurrieron esos primeros instantes.

APLICACIONES

Aunque ya se han destacado algunas aplicaciones vamos ahora a considerar los más importantes.

El primer ejemplo y más común son las lámparas fluorescentes. Están formadas por un tubo que contiene mercurio y un gas inerte, que es generalmente argón a una presión ligeramente inferior a la presión atmosférica.

 
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