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Escritores
Pili
 
 

Pilar Galera Muñoz, Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Central de Barcelona. Pero su pasión por las letras va más atrás en el tiempo, desde su niñez. El estudiar, leer y analizar a los grandes escritores de todos los tiempos reforzó su amor por la lírica, convirtiéndola en una lectora casi compulsiva, preparando el terreno a la escritora fecunda y de gran sensibilidad que estaba despertando en ella.  Su estilo personal, complejo, sin ataduras, su obra es un derroche de pasión, de metáforas y nostalgia.  No deja indiferente a quién la sigue.  Conocida en varios foros de escritores como PILI, muy apreciada y con una firma indiscutible en toda su expresión. Nació en Cardona, Barcelona. En el seno de una familia de clase trabajadora, humilde, pero con grandes valores.  Su padre trabajó como minero en las “Mon Sal” de Cardona.  Pili, lo recuerda con mucho amor y gran orgullo.  Un hombre de gran sensibilidad y voluntarioso. Entregado por entero a su familia y a su pasión artística: esculpir figuras de sal. A pesar de las extenuantes jornadas en la mina, aún le quedaba resto para tallar de manera artesana cantidad de obras para obsequiar a  familiares y amigos.  Hoy su gente le recuerda como un maravilloso ser humano y además, gran artista local,  ya que muchas de las piezas realizadas  conforman el gran legado del museo de sal de Cardona.  Esta parte de su vida, el nacimiento de su hija Adriana, hoy una adolescente que  acapara su vida y desvelos, hacen de esta catalana una mujer luchadora y tenaz. Sensible y preocupada por su entorno, por la gente y comprometida en causas para ayudar a los menos afortunados. Sin más preámbulos, les dejo con Pili, para que ella misma se presente a través de su poesía.
http://www.quieroquemeleas.com/usuarios/pili-0
http://www.lacoctelera.com/pili-1963/home/section/posts
http://pili-1963.lacoctelera.net/


La Puta vida...
PS:Inspirado en la lectura “El Dinosaurio”, micro relato de Augusto Monterroso.

Una vez yo desperté, y había un dinosaurio junto a mí
mojada cómo una llorona
-sin estrías-
triste, cuelga el sexo entre los muslos;
creí conveniente

  palpar mis dedos
-ya nunca usarán dedal-
hasta levantar mis cejas ;
*¡ Mierda, Dios ! ¡No has acabado con los dinosaurios aún!
Tienen ojos para ver, pero no ven.
Oídos para oír, pero no oyen;
pero mis manos de puta
buscan sábanas para jugar
y sin saberlo,
 
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