Arañas... unos animalejos que para muchos nos resultan de pesadilla. El tamaño es lo de menos: si son desmesuradas, no serán peligrosas por su mordedura, pero el aspecto feroz y amenazante, nos bastará para desfallecer de pánico. Si son pequeñas... podemos asegurar que según la zona que habitemos, podemos estar expuestos a un verdadero peligro. No debemos generalizar, para no alarmar. Analicemos la situación.
Todas las especies, por lo menos la mayoría, si son venenosas tienen alguna marca de advertencia. Nuestra amiga de hoy, es una pequeñita muy hogareña. Le encanta vivir entre nosotros, aún cuando no sea bienvenida, ella no se dará por aludida. La araña del rincón o Loxosceles Laeta, suele medir entre 8 y 30 mm, como verán en la fotografía, con una moneda pequeña la cubrimos. Pero su mordedura, puede trastornarle la vida una buena temporada... hasta ocasionarle la muerte.
Sí, a pesar de su pequeñez, la sustancia que inocula es tan fuerte, nociva e invasiva que ocasiona terribles lesiones dérmicas, hasta daños en órganos internos. Aunque no lo crean, su hábitat es muy extenso, siendo una pandemia en muchos lugares: Argentina, Uruguay, Chile, Perú... hasta se han extendido por Estados Unidos y Canadá. Australia, pese a estar tan alejada, goza de su presencia en un enorme porcentaje de hogares. Probablemente, cualquiera de nosotros conviva con alguna en casa, es posible que hasta tengamos toda una familia y jamás lleguen a mordernos... Pero eso no nos deja muy tranquilos, ¿verdad?
Una particularidad de este arácnido es que en general, escapan y a una velocidad increíble. Son de carácter tímido, por eso han de buscar los sitios más bien escondidos, oscuros, poco frecuentados. Suelen elegir rincones, como su nombre indica. Ante un encuentro lo más probable es que huyan. Los casos en los que han mordido, fue cuando se sintieron agredidas o arrinconadas.Por ejemplo: ponerse zapatos que estuvieron guardados, sin revisar si había algún polizón dentro.