No voy a continuar explicándoos el desarrollo de la trama porque para eso ya tenéis el trailer, que ya te resume la película y así se ahorra el tiempo de verla. Brothers es un “intento de” ya que plantea muchos aspectos que podrían interesar al espectador, tranquilamente sentado en la butaca, pero estos no se terminan de desarrollar, dejando una sensación de vacío tras el visionado de la película.
Por un lado tenemos al personaje de Tobey Maguire, que le ha valido una “merecidísma” nominación a los Globos de Oro. Maguire nos ha mostrado que puede poner cara de loco durante veinte minutos, además de gritar desesperadamente como aquel que está en un partido de fútbol y se enfada con el árbitro, y no se ha puesto el disfraz de Spiderman
.Natalie Portman, correcta, alternando lloros y sonrisas. Jake Gyllenhaal, mucho mejor del que le quitó el papel del hombre araña.
El triángulo de amor tan anunciado (y previsible) se queda en un simple beso más que inocente. Natalie Portman pasa de ser afligida, consolada y feliz entre las escenas que parece que la propagando de “tal triángulo amoroso” haya sido solo para levantar expectativas entre los espectadores.
¿Para resaltar? Hay un momento de tensión muy bueno ya casi al final de la película, nada previsible, aunque termina en nada. El peor momento fue cuando están todos reunidos en la mesa y la niña mayor quiere hacer explotar al globo (¡qué pete ya!).
En definitiva, Brothers termina siendo un montón de expectativas, muchos planteamientos, que se quedan a medias. Si queríais ir a verla, no os perdéis nada.