Hoy en día éste es un tema muy debatido, y la razón es comprensible sabiendo lo que implica. La neutralidad en una red es aquella en que se ejerce un acceso sin restricciones, algo que podría llegar a ser preocupante desde el punto de vista la seguridad de redes y sistemas. E Internet es la mayor red existente en la que se vulneran continuamente muchas defensas precisamente porque las restricciones no están generalizadas a todo el mundo. Ya no hablemos de las limitaciones de acceso a informaciones o contactos típicas en países como China, Irán o Corea del Norte. Pero es cierto que es difícil conseguir una buena protección con restricciones que vulneren derechos humanos básicos como la libre expresión o similares.
Desde la aparición de Internet, diferentes grupos se han levantado en contra del libre acceso a Internet mientras que otros defienden que eso es una suerte de discriminación y opresión, o simplemente una forma de beneficio para aquellas empresas que proveen la conexión a Internet.
Vamos por partes. La neutralidad no busca un acceso completo y libre a cualquier lugar de la red, sino más bien la garantía de que no se viola la libertad de expresión e información y de que el servicio que nos prestan es de la calidad para la que pagamos. Así, tenemos que en algunos países es ilegal bloquear las transferencias de los usuarios de una red mientras no atenten contra el bien común. Los que proponen la neutralidad afirman que podría ser una ventaja frente a aquellas compañías que lo que buscan es controlar el servicio en beneficio propio.
En los foros de toda la red se levantan quejas cada vez que alguien (persona u organización) acomete contra la neutralidad de la red. Por ejemplo, tenemos el caso reciente de Comcast, que redujo la velocidad de transferencia a los usuarios que utilizaban BitTorrent.
Ahora bien, los que van en contra de esta tendencia sin restricciones argumentan que establecer dicha neutralidad sería contraproducente, pues afectaría de mala manera a la actualización de las redes, de los contenidos, etc. Incluso consideran que discriminar de alguna forma la participación en la red sería positivo para que Internet continuase creciendo, siempre con alguien que regule el camino.
Se vea como se vea, quizás una mezcla de ambos no esté mal, ¿no? Siempre y cuando no nos vayamos al extremos de prohibir tajantemente ni de dejar la puerta abierta para que cualquiera haga lo que quiera en Internet.