anterior
siguiente
Algo que contar
por Diana Ríos
¿Te sientes triste por falta de amor?
 
 

—¿Cuántos hijos tienes Juanito?
— Cinco... ¡Tres con cáncer!
— Y la mamá de los niños, ¿vive Juanito?
— Sí, pero no vive conmigo,  vive en Utah. Pero ella no está enferma.
— Oh... ¿y tú estás con los cinco?
— No, sólo con dos. Dos en Utah junto a su madre y mi hija en Virginia, ya casada.
— Juanito, ¿cómo haces... tienes alguna ayuda?   ¿El gobierno te da algún subsidio?

Juanito se muestra esquivo,  trata de evadir la conversación por un momento... Tras un breve silencio...

—Bueno... Pero hablemos de ti, linda,  ¿cómo estás?
—Juan, creo que necesitas hablar...
—No, no recibo ayuda.  Mi hijo apenas tuvo cirugía el 24 de este mes.
—Pero tú tampoco estás bien... ¿Cómo haces con todo? ¿De dónde quitas la fuerza para continuar y no dejarte vencer?
—Mira Rosita, prefiero no hablar... Déjame olvidar por un momento…

Él insistió en no conversar de sus preocupaciones.  Rosita estaba más sorprendida por escuchar todo lo que sucedía con Juan, y verlo con ese ánimo...  Al mismo tiempo pensaba que sus problemas no eran nada en comparación con los de él.

—Claro, Juanito... es que no puedo evitar sorprenderme ante tu entereza. Ahora comprendo muchas cosas acerca de ti... y tú siempre escuchando tantas situaciones por las que supuestamente uno está triste cuando tus preocupaciones son más grandes. ¡Realmente son  importantes!  ¡Luchas día a día... por cuestiones de vida! En qué pensar y por qué vivir...  ¡De verdad que eres admirable Juanito!
—No amor,  sólo soy un hombre  igual que todos.
—¡No señor..., igual no!
—Sí, mujer...
—Un hombre con experiencias duras que han hecho de él un ser con una gran capacidad de  superación y con mucha fortaleza.
—La vida se vive solo una vez Rosita, no sabes si mañana verás el sol nuevamente. Por eso es importante decir siempre lo que sientes y vivir intensamente.
—¿Y cómo haces para superarlo?
— Creo que el secreto es que debo amarme mucho..., aceptarme. Aceptar mis debilidades para fortalecerme en ellas. Piensa... Nada es mío de este mundo, porque ni mi cuerpo me pertenece, algún día lo perderé. Soy parte del infinito, del universo.

 
  menu 52