¡Menuda tonta era yo! ¿Qué sabía de hombres? Si nunca había visto a uno despertar a mi lado, ¡cómo saber qué les gusta y qué no!

¡Eso  es! Seguro que a todos los hombres no les gusta ese despertar. ¡Y yo ilusa, tan tonta creyendo mi fantasía de que sí!  ¡Eso es! Yo era la mensa, que en mi ignorancia le molesté. ¿Cómo no pensé que iba a molestarle?  ¡Ayyy sí, era de lo peor, desconsiderada por demás!

Me levanté muy suavemente, antes de salir del cuarto lo miré como seguía durmiendo, y cerré muy suavemente la puerta. Fui al baño y me higienicé, antes de comenzar mi día.  Mientras me cepillaba los dientes, me puse a pensar si por casualidad no había sido eso.

¡Claro! ¡Es casi seguro  que fue ese el motivo! ¿A quién se le ocurre darle un beso bonito sin antes lavarse los dientes?

Algo ya había aprendido, de muy mala manera, pero aprendizaje al fin: a  los hombres no les gusta que los despierten con besos.

Ya lo tenía bien puntualizado, y me lo repetía en alto: ¡QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ ROSITA FRANCO, QUE DESPIERTAS CON  UN BESO A TU ESPOSO. NUNCA MAS!  Está comprobado que eso es malo para los hombres. No  debe volver a suceder. ¡Y me lo recuerdas bien! ¿¿Eh??

En seguida fui a por un emparedado  y a terminar de ver la película que dejamos a medias la noche anterior. Satisfecha, porque ya había aprendido lo que debía memorizar ese día. Ya no seré tan tonta, seré muy buena y lo dejaré dormir tranquilo, que lo merece.
 ¡Sí!

 

 

Continuará...