


Nos muestra el interior de la gran cruz que es la catedral y nos habla de los diferentes altares que podemos ver allí. Pasamos a ver lugares inaccesibles para los visitantes convencionales, como el altar mayor, el sepulcro del apóstol, la puerta santa, pero también veremos los dos enormes órganos y los oiremos sonar al unísono. Otra vez veremos el famoso botafumeiro, pero de manera más cercana, tanto que parecerá que se sale de la pantalla para darnos un golpe en la cabeza.

Por último, los tejados. Nos cuenta nuestro amigo que antiguamente el campanero vivía sobre ellos, incluso se podía ver gallinas y otros animalillos merodeando por la zona. Actualmente se organizan visitas guiadas sobre dichos tejados, desde donde se puede ver de otra forma el casco antiguo de la ciudad, con una perspectiva diferente y atractiva.
Lamentablemente llegamos al final de los 60 minutos de la visita. ¿Ya ha pasado todo ese tiempo? No nos dio tiempo a ver la aventura submarina.