Esta amiga del Brasil, a quién en su momento también cayó con el cuento, me “hizo” buscar la verdad. Me contó que fue una especie de “cuento chino” que comenzó a trascender originalmente en inglés. Más tarde, lo “acomodaron al español” para seguir la chanza ¡Y lleva rodando por internet desde el 2002! Una de las cosas que me sugirió tan acertadamente, fue que leyera la información, que hay disponible sobre la “tan malvada” araña asesina de traseros. Bien, esto fue lo que hallé y transcribo:

La telamonia de dos rayas (Telamonia dimidiata) es una araña araneomorfa de la familia Salticidae que habita en las selvas tropicales lluviosas de Asia. No segrega ninguna toxina que pueda causar daño significativo al ser humano.

Aquí sólo les cuento que esta araña, es más inofensiva que Campanilla. Pero les dejo el enlace para ir a leer el resto de la información a una de las fuentes:
Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Telamonia_dimidiata

En la actualidad, disponemos de un universo de información en la red. Wikipedia, Google, entre una enorme cantidad de buscadores que son solo algunas de las opciones que nos permite saber de casi cualquier cosa, con solo poner lo que buscamos, abriéndonos un abanico de referencias del que sacar de mentira a verdad. Hoy la diferencia entre conocer o ignorar, es cuestión de unos cuantos tecleos. Así que tomen en cuenta que mandar correos indiscriminadamente, no es brindar la mejor información. Muchas veces lo único que estamos favoreciendo, es al acceso de Spam, programas espías o virus a nuestros PCs y a los de nuestros contactos. Sin omitir que alarmamos a la gente con información sin ninguna base de credibilidad.

Dicho esto, os dejo reflexionando sobre nuestras amigas de ocho patas, que no todas son como las Loxosceles. Esta pobre Telamonia Dimidiata, resultó ser una inocente a la que seguramente medio mundo tendrá entre ceja y ceja (aunque es mejor que entre nalga y nalga) y hasta figurará en un cartel con la leyenda “Buscada... ¡Viva o muerta!”. Tengan en cuenta unos atenuantes a la hora de juzgarlas: quienes comenten la temeridad de sentarse en un excusado público (inodoro/ váter), se están exponiendo a una infinidad de infecciones bacterianas y/o micóticas, definitivamente mucho más serias y plausibles. El que se hayan encontrado arañas debajo de las tablas, hace pensar que en general la limpieza de estos sitios brilla por su ausencia, motivo suficiente para jamás cometer la supina estupidez de acercar nuestro trasero allí.

Y al fin de cuentas, que a estas inocentes les entusiasme habitar en los retretes, es síntoma de que tienen mal gusto, no malas intenciones.