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ZeltiaG
 
 

Una y otra vez, me traía a cuento mi dramática condición, qué sería de mi vida si quedara inválida... ¿caminaría de nuevo? Por mucho que traté de no llorar, no pude contenerme. Los niños, ¿cómo haría en casa para atenderlos? ¡Mi casa... el sótano! Entonces recordé claramente las escenas vividas.  Caí en la cuenta de que mi familia corría un serio peligro...

—¡¡¡Enfermera, Doctor!!! ¿Hay alguien que me escuche? ¡¡¡Enfermeraaaa!!! ¡¡¡Llamen a mi maridoo..., enfermeraaaaa!!!

Como una enajenada gritaba todo cuanto la voz me daba. Creo que fue una soberana estupidez. Entraron corriendo dos enfermeras y un médico... No preguntaron nada. Forcejeos, un pinchazo... y mi mente se sumió en una distorsionada realidad. Sus rostros mirándome resultaban caricaturescos y el doctor que me hablaba... qué se yo qué sarta de estupideces. ¡¡Me parecía tan mono!!-Comencé a reír como si estuviera borracha.

Sin embargo no era lo que quería expresar. Mi confusión era terrible. Intenté nuevamente decirles que era urgente. ¿Qué cosa era? Mi antebrazo izquierdo estaba casi todo vendado. ¡Ahhhhh!  ¡Eso era! ¡Fui mordida por el animal,  eso,  o qué se yo qué diablos era! Debía decírselos.

—El animal, (continuaba riendo) ¡¡suelto..., sótano!! ¡Son todos unos... Idiotasss!

La risa al llegar a ese punto me hacía lagrimear. No me salía una frase entendible. Luego, solo me abandoné al recorrido del túnel, parecía una caída sin final. Profunda inconsciencia.         

“Qué dolor en el cuerpo, ¡otra vez no me morderás el brazo! ¡Suéltame!"

Abrí los ojos, ¡estaba soñando! ¡Qué alivio! Miré hacia mi brazo, era el médico quien me estaba revisando las heridas. Me sonrió. Me dolía mucho y él, como si estuviese manipulando un cadáver. Hurgando,  apretando, estrujando.

—¡Ayyy me duele! —Grité al tiempo que trataba de retirarlo de sus manos—.  ¡Ustedes creen que uno no tiene terminaciones nerviosas! ¿Por qué no me arranca todo el trozo y se lo lleva para jugar?
—Bueno señora... Samantha, ¿verdad? ¡No se enfade! Ya hemos notado su gran genio. Pues, sin movilidad, estuvo defendiéndose. ¿Llegó a ver qué la atacó? Las heridas no son nada comunes. Hay desgarro en  tejido, posiblemente causado por dientes afilados. Sin embargo, según el laboratorio no hay rastros de secreciones salivales, ni bacterias, ni ADN. En todo esto algo no cierra. Tenía restos de pintura y astillas, podrían ser de pino...

 
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