¡Pero amigos!, sean ustedes quienes juzguen la bondad del escritor...; sólo decirles que cuando lean recuperarán una parte, tal vez la más entrañable, de su propia memoria.

El me dibujó cuentos y yo le digo...

Gracias, Juan. Tomate esto donde estés, como un homenaje, como el pago de algún sueño. Haría un paralelismo o buscaría una especie de no querer que haya un colorín colorado, para que nuestra infancia no termine, o decir que el colorín colorado es apenas un formulismo, ya que al ver y recordar sus trabajos nuestra infancia jamás nos abandona.