Algo que contar
por Diana Ríos
Ser madre... ser hija...
 
 

- Entonces vamos a pensar en algo –le dije-.Vamos a hacer un trato: pensemos en todo esto que estamos pasando, recuerda que no hay una receta para ser mamá. Estoy aprendiendo contigo.  Tú eres mi niña linda, pero también tienes errores, los cuales no puedo pasar por alto porque mi enseñanza es la responsabilidad de la vida.  Debes  ir a la escuela y ser responsable, para poder ganarte los paseos y aquello que deseas.

>>Esto te servirá para el futuro. Vamos a perdonar nuestros errores y pensemos que estos momentos son muy difíciles. Por tal motivo, disfrutaremos de cada ocasión que estemos juntas.  Recordaremos los malos momentos que hemos pasado y trataremos de vivir con valentía y gozar de la vida. Iremos aprendiendo poco a poco, con el correr del tiempo. ¿Sí?  Para empezar, vamos a ver que necesitas para tu graduación...

Así empezó una nueva etapa en nuestras vidas.  Ese día entre el teléfono y mi computadora buscamos juntas todo para su “gran día” y lo  más significativo para ambas... que lo hicimos juntas.  Ese día nos enseñó muchísimo. A mí, a saber que no quiero nada más.  Ni todo el dinero me devolvería la dicha que sentí.

Se las veía orgullosas de ver a su mamá que estaba allí, que las respaldaba en todo lo que necesitaran. Estaban plenas y felices. Era palpable, me necesitaban y allí debía estar... como fuera, buscar la forma de estar juntas y ser felices.

Mi promesa fue: “Voy a ver a mis hijas sonreír y crecer junto a mí. No sé cómo haré, para cumplir con los tres roles. Pero la vida sigue y no se detiene. Soy yo quién debe detenerse a pensar qué papel es que debo asumir y estaba claro que el papel de “mamá” ahora era indispensable en la vida de mis hijas.

-¡Te amo mucho hija!
-Yo también te amo mami...

Supe que ese “te amo”, le costó mucho trabajo decirlo, que no le fue fácil. Eso me dejó un amargo pesar, pero a la vez una gran lección de vida.
¿No les parece?

 
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