He recibido las patadas de desquite de los que venían hacia mí, furiosos como si yo tuviera la culpa. He sido cementerio de perros y gatos muertos que por la noche se salían de sus tumbas para que yo les cuente historias mientras formaban un círculo alrededor mío, y también he sido –dicen- inspiración de algunas cancioncitas de viejos trovadores.

En fin, he sido libre aunque suene irónico porque a pesar de que ustedes pueden moverse y todo ello, dudo que hayan sido tan libres como yo. Porque he sufrido cuanto he querido y también he llorado cuanto he querido y he reído cuanto he querido y he cantado cuanto he querido por las noches, silencioso… Y hoy que sigo siendo libre, para escribir esto 8 horas antes de que le diga adiós a este mundo. Vendrá el alcalde y sus delegados y me talarán con sus máquinas y construirán en mi lugar una pileta –eso he escuchado-. No los culpo, este lugar tal vez en realidad no era mío, como siempre pensé.

Cada vez los hijos de los nietos de los chiquillos que jugaban conmigo son más indiferentes y ya nadie quiere jugar a la pelota, como antes. Además hace un tiempo ya me sentía un poco mal, me siento viejo y cansado y el mundo se ve tan joven ahora… Supongo que extrañaré el sonido de las risas y las rondas, el viento moviendo mis hojas, los gemidos hipócritas y los cantares desafinados de los borrachos.

Y por si llegas a leer esto y en la ciudad autómata ya no hay rastro de mí, solo quería que sepas que en ese lugar por donde ahora brota el agua en forma armoniosa y ruidosa, hace tiempo, había alguien inmóvil, quieto, pero con espíritu libre, que jugaba a ser el viento y a mojarse con las lluvias de marzo, y que cantaba mientras el mundo entero dormía y que tal vez justo ahora, sea esta hoja donde lees mi carta de despedida.

 

 

Más obras de Demoonkevin en:
http://www.quieroquemeleas.com/usuarios/demoonkevin
http://www.comunidadcibertec.com/blog.php?6-demoonkevin