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Canopius
 
 

Ahora que ya sabes cuál es nuestro destino me gustaría darte la bienvenida a bordo del Ciudad de Erlia, aunque para eso quizás sea un poco tarde.

También quiero recordarte que éste es el único barco de pasajeros que cubre regularmente la travesía a Ym desde la península. Hace el mismo recorrido de ida y vuelta todos los días. Al amanecer zarpa del puerto de Arlen y llega por la tarde a Ym, siguiendo casi siempre la misma ruta. Sin embargo, hay dos o tres días al año, cuando llega el otoño, en los que, debido a las fuertes mareas provocadas, sin duda, por el cambio de luna en esa estación, resulta muy peligroso costear la isla, sobre todo de noche.

Por eso, mientras dura el mal tiempo, el Ciudad de Erlia zarpa de Arlen por la tarde y llega al amanecer a Ym, navegando con un rumbo diferente al que utiliza habitualmente, no entra por los Estrechos del Norte sino a través del Arco del Sur, un paso que, según he oído, tan sólo debería atravesarse para salir. Así que, excepcionalmente, tú viajarás de noche en lugar de hacerlo de día, por lo que llegarás a Ym entre los velos de las primeras luces, tras una arriesgada travesía surcando un mar inundado de leyendas por el que debes de navegar como mejor te parezca para que, cuando se abra el amanecer y el barco esté entrando en el puerto, si subes a cubierta y miras en el reflejo del agua, puedas desembarcar en otro sitio.

Espero que lo hayas entendido bien aunque lamento no poder explicártelo personalmente porque, desconocido viajero, mientras tú vas yo estoy volviendo. Por eso debes continuar leyendo y procura no perder el buen sentido. Ya sé que las letras bailan al compás del vaivén del barco. Dicen los marineros que el único modo de evitarlo es manteniendo la tripa y la cabeza siempre llenas. De ese modo ni los alimentos ni las ideas tienen suficiente sitio para revolverse. Así podrás esquivar la náusea y ningún cabeceo inesperado te descolocará los pensamientos.

Por mi parte, voy a contarte todo lo que me ha sucedido y te lo voy a contar precisamente a ti, desconocido viajero, por varios motivos que se me ocurren ahora y por algunos otros que más adelante tú mismo vas a descubrir:

****Hasta aquí hemos volcado tan solo parte del primer capítulo de la obra de Miguel García Quetglas. Para saber más, ya saben, pasar por la librería y buscar “Las cartas de la Luna” y continuar leyendo... (Ha quedado mejor que decirles compren el libro).

¡¡Éxitos Miguel!!

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