QUISIERA SER TANTO…
Quisiera ser la ola que arrastra tu arena,
enervar mis fuerzas, llegarte serena,
pero de ningún modo olvido, donde vaya
que tu salitre pertenece a otra playa.
Quisiera ser tanto y únicamente puedo
destilar tu aroma, que hasta oler me quedo.
Me conformo imprecisamente con verte,
aunque sensata sé, no puedo tenerte.
Quisiera de tus pasiones ser el fuego.
Apagar tu furia, que me ames hasta el ruego
pero entiendo que en otra, está el combustible
y eso me dispone a hacerte inaccesible.
Quisiera ser tanto y únicamente puedo
imaginar vehemente que en tus brazos ruedo.
Te desnudo incólume con mi mirada,
te encarcelo, sometiéndote a mi almohada.
Quisiera ser tanto y sé que soy despojo.
Diez minutos de placeres a tu antojo.
Una lágrima que corroe mis plegarias,
sin corazón casi, pero con penas varias.
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VEN A ESTE VOLCAN…
Amor, me dueles en la piel pensándote.
Desgárrame hasta el alma con tus pasiones.
Este cuerpo se estremece llamándote,
esta boca no quiere escuchar razones.
Desgástame ésta, mi soledad callada.
Colorea en mis piernas, las huellas de tu olor
que es una pena mi vida malgastada
al margen de la tuya, mi más grande amor.
Ven, y bésame el rincón de la esperanza.
Toma mis manos y enséñame tu risa.
Imaginemos una secreta alianza,
mientras descubro el botón de tu camisa.
Y en un volcán de caricias explotado,
con perfume del vino, del mar y besos;
abandonar nuestros cuerpos, extenuados
y nacer en la esencia de los excesos.
Ven, que quiero lastimarte de tanto amar,
quiero dolerte hasta en los huesos, corazón.
Cuando la beses, en mí, tengas que pensar,
aunque se escape poco a poco la razón.
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