Mi niñees...

Un aire de abril sin año se enreda en mi memoria
Gérmenes de no me acuerdo, se condensan en los
oscuros desvanes de mi cerebro.
Las calles y las caras son iguales, y cada vez
se acentúan más sus signos borrosos.
Solo por complacerte querido compadre, he tratado
de escribir algo sobre mi niñees
Perdona compadre si te he fallado otra vez
Pero por más que he querido esta boluda sesera
no da’ pa más.
Siento que todo parece haber perdido espontaneidad,
sin embargo retrocedo velozmente en el tiempo.
Más no recuerdo compadre si alguna vez tuve niñees...
o se me quedo colgada de alguna nube. ¿O se me olvido
colgarla y sigo siendo un niño con disfraz de adulto, tal vez?
Porque la ventana que da, o debiera de dar al recuerdo
el mediodía vacío atraviesa.
Nos encontramos en una corriente donde debemos
remontar la marea, la tristeza también es una ola.
Solo tu sonrisa permanece como muchas estrellas sobre mí
Sí, mi querido compadre, la verdad es que no recuerdo
si alguna vez tuve niñees.
Pero acá entre nos, te diré que me siguen gustando
los trompos, el yoyo, los cometas y las canicas.
Jugar a la rayuela, cuanta golosina exista y coleccionar lo imposible.
Me siguen gustando y gozo cuanta travesura se me ocurre.
Sigo odiando las peluquerías  y las tareas impuestas.
Me sigue gustando hacer la siesta, como cuando era un niño
Disfruto mirar el cielo y dibujar con las nubes, dejar volar
a mi imaginación y darle libertad a mi alma.
Quiero lo imposible para siempre y ahora, que los mares abracen
a los cielos dorados y que estalle el amor como una eterna aurora.
Sí mi querido compadre, no me he dejado enjaular por los barrotes
de los adultos, creo que sigo siendo un poco niño, un poco loco...
La verdad compadre, es que no recuerdo si alguna vez se me quedo
colgada la niñees de alguna nube.
O se me olvido colgarla y tal vez,  sigo siendo un niño.
...No lo sé.