Por ejemplo, te llega un mail de un banco pidiéndote una contraseña para investigar unas transferencias por posibles delitos… (por exagerar un poco), así por las buenas. ¿Se la darías?
· Dejar tu contraseña en estos casos ES COMO darle tu número PIN del teléfono cuando tu amigo te lo pide por quién sabe qué razón.
En ocasiones difícilmente te acuerdas de tu propio PIN, como para dárselo a un “amigo” que no tenía por qué pedírtelo en un principio. ¿No? En cuanto das una contraseña… ten por seguro que algo va a ir mal (puede que no, pero no se suele engañar a la gente para luego no hacer nada).
Otra forma de perder una contraseña. La dejaste recordada en su navegador web favorito (como Internet Explorer o Firefox). Un día te encuentras con que ya no entras ni de una ni de otra forma, no hay caso, alguien te robó la cuenta a la que se accedía con esa password.
· Dejar recordada la contraseña en el navegador ES COMO dejarla escrita en un cuaderno, aunque supuestamente nadie más lo va a leer.
Un día llegó un desconocido que vio por casualidad tu contraseña escrita en una de las hojas, decidió probarla y cambiarla. Como para leerla en un cuaderno, hay métodos para vulnerar la seguridad de un navegador y ver las passwords. Puedes dejar tu contraseña recordada, la seguridad de tu navegador quizás sea muy buena, pero también parecía buena idea escribirla en tu cuaderno bien guardadito, ¿no es así?