Del género de la fantasía y la aventura, El castillo en el cielo cuanta la historia de la joven Sheeta, que logra escapa por los pelos del ejército, bajo el mando de agentes secretos del gobierno. Por otro lado, la buscan además un grupo de piratas a los que posteriormente se une junto a un nuevo amigo, Pazu. Este joven sueña con descubrir el castillo de la isla flotante, cuyo nombre Laputa en algunos doblajes se convierte en Lapuntu, obviamente porque induce a pensar en otra palabra malsonante.

El destino los unió y el destino quiso que Sheeta fuese descendiente de la realeza del susodicho castillo flotante. Tras persecuciones y ataques por parte de los militares, Pazu y Sheeta logran llegar, por medio del dirigible de los piratas, hasta la isla en el cielo, cubierta de densas y peligrosas nubes. Es entonces cuando llega el momento de enfrentarse cara a cara, aunque no por primera vez, con uno de los supuestos agentes secretos. Él en realidad es descendiente del pueblo de Laputa, y pretende hacerse con el poder que sustenta a la isla en las alturas. La amistad y la complicidad vuelven a jugar un papel importante en esta película. Los elementos fantásticos son muchos, la trama atrapa y la historia se cuenta con una mezcla de acción y peligro, momentos de alegría y momentos de desesperación… No es que sea del gusto de todos, pero si uno quiere sentarse a mirar una obra japonesa libre de violencia absurda y diálogos ofensivos, yo recomendaría verla.