SIN TÍTULO AÚN
Hay cosas como éstas,
días como éstos
que te traen inevitablemente
a mi cabeza
y qué sé yo
los rayos de sol sobre el asfalto
o la música que escucho
o la Avenida Bolivia
o los chocolates D'Onofrio
pero sobre todo
tú
y tú
y tú
y tu voz que susurra
en mi oído.
Hay cosas como éstas,
días como éstos
cuando recorres mi cabeza
a caballo.
Caballos
caballos
caballos
y caballos en todas direcciones
y sólo entonces
puedo sentarme a beber café
junto a la imagen mental
que he proyectado de ti
para extrañarte
treinta y un veces menos
que hoy. |
|
Hay cosas como éstas,
días como éstos
cuando los rayos del Sol
inciden directamente sobre Europa
y entonces te quiero eclípticamente
veintitrés grados,
veintisiete minutos más,
y ya no me interesa
por los pecados de quién
haya muerto Jesús
ni que sean perpetuamente las cinco de la tarde,
sino que me dan unas ganas tremendas
de importar queso de la Luna
y cocinarte tequeños de queso lunar.
Sí, hay cosas como estas,
días como estos
qué sé yo
será que la conjugación del
olor a mar y tabaco
tiene propiedades alucinógenas
o que simplemente estás allá
y yo estoy acá
o que en unos días estaremos juntos
o que te extraño y no te extraño
cada vez más seguido
y entonces todas estas cosas
y estos días
y estos autos
y estas canciones
no hacen más
que resumirse
simplemente
a ti. |