Por si no os suena el nombre David Möller, os damos un dato interesante acerca de su desafortunado exceso de emoción al morder su medalla de plata, tras haberla ganado por primera vez en su especialidad, el ‘Luge’.

KEIDELL /
El ‘luge’ es un deporte de descenso en trineo con dos modalidades (individual y en pareja), en el cual el vehículo en cuestión es un pequeño armazón metálico (de madera originalmente) que realmente no parece ofrecer mucha seguridad. Se convirtió en un deporte olímpico en los juegos Innsbruck de 1964, tanto en la categoría masculina como en la femenina. Desde entonces, aunque se trata de un deporte poco accesible por la escasa infraestructura que existe para tal uso, ha tenido siempre sitio en el programa de los juegos olímpicos. Es obvio que al igual que en bobsleigh y al skeleton (otros deportes del mismo estilo) siempre hay algo de riesgo durante la competición.

En esta ocasión, el ganador de la plata no tuvo ningún accidente en el transcurso del descenso, lo cual habría sido más predecible como causa de la rotura de un diente. Pero no, la culpable fue una simple medalla de plata.

¿Será que creía que podría atravesarla? Sin duda, a él no le pareció muy gracioso, aunque dice que tampoco fue para tanto y no le dolió. Pero no podemos evitar pensar que tiene su gracia por la situación en que sucedió. Si es que en el mundo del deporte, ganar medallas es de alto riesgo y de cierta ganancia para los dentistas…