Con la interpretación de Robert Downey, Jr. como el detective más observador del mundo y Jude Law como su inseparable compañero doctor Watson, y prescindiendo de la famosa  frase inventada “elemental mi querido Watson”, llega esta nueva adaptación llena de acción, peligro y muchas deducciones inteligentes y detalladas.

KEIDELL /
Esta vez tenemos a un Holmes mucho más pendenciero que el que conocemos de las novelas, pero sin duda, igual de observador y previsor. Muy inteligente, sin duda, al trazar planes y llevarlos a cabo casi con total exactitud. Se sorprende con muy cosas, y sigue viciado con la pipa y el violín, como en las novelas.
Los efectos van acordes al tema, ofreciendo una visión única de la historia del detective a través de todos los obstáculos que debe superar. Entre esos obstáculos están los trucos de magia del antagonista de turno: Lord Blackwood (Mark Strong). Sus facultades van desde infame asesino a gran ilusionista. Realmente representa un buen desafío para la lógica del detective Holmes, sobre todo con las distracciones causadas por Irene Adler (Rachel McAdams), quien sabe manipular con facilidad a nuestro protagonista.
La escenificación de esta historia nos lleva una vez más a la Londres del siglo XIX (que está cerca de la ciudad natal del director de la película, Guy Ritchie). Esto nos ofrece un aire clásico y atractivo, al mismo tiempo que desafiante escenario. La música no se escapa mucho de lo usual, pero hay que admitir que han sabido aumentar la tensión con su banda sonora en los momentos de suspense, persecución y demás.
Un dato de interés, y que en lo personal me ha gustado mucho como detalle, es que hay momentos en la película en que Sherlock se enfrenta a ciertos oponentes de maneras muy efectivas. Primero calcula cuidadosamente las acciones a llevar a cabo, y luego efectúa lo planeado tal cual lo pensó, con el resultado esperado. Pero claro, hay veces que ni eso le sirve.
De todas formas, siempre está con él el intrépido Watson, siempre dispuesto a correr serios riesgos por ayudar a su mejor y a veces desesperante amigo. Una obra cinematográfica muy recomendable, desde luego.